viernes, 17 de octubre de 2008

Todo sobre como cultivar una buena amistad

Una buena sonrisa.
La risa nos permite descargar las tensiones acumuladas y sentirnos ágiles física y emocionalmente hasta el punto de enaltecer nuestra capacidad de sentir y pensar.

La risa tiene efectos en la capacidad de crear inmunidad a diferentes enfermedades, según un estudio realizado por la Universidad de California en Loma Linda. Su efecto permite la transformación de nuestros mecanismos de defensa de tal forma que disminuyen los niveles de cortisol que suprimen el sistema de inmunidad, aumenta el nivel de inmunoglobulina que defiende al cuerpo de las infecciones, aumenta la actividad de las células que combaten y destruyen las células anormales y duplica el nivel de plasma que colabora con la protección inmunitaria.

Es interesante saber que el humor del hombre y la mujer también difieren. Las mujeres tienden a reírse más de sí mismas y de esa forma se acercan más socialmente. Los hombres, por el contrario, ante una sociedad que los define competitivamente, deben mantener su jerarquía social, por lo tanto su humor está dirigido en la observación y comentario de los demás, llegando al sarcasmo.

El juego.
No hay duda de que el juego es saludable. Estudios científicos han demostrado que las personas que juegan viven más felices, ya que jugar nos refresca el espíritu y nos recarga para tomar las siguientes responsabilidades con más entusiasmo, mientras nos saca del tedio y del aburrimiento. Además, el juego cambia nuestra actitud, dejando los rencores y los pensamientos negativos para prepararnos hacia una visión más optimista de la vida. Más allá todavía, el juego es un ejercicio que nos invita a ser más flexibles, ya que podemos experimentar nuevas personalidades, situaciones y posibilidades, lejos de la rutina diaria ya conocida. Es en este ejercicio donde aprendemos de nuestro potencial y donde podemos empezar a crear, soñar y ambicionar.Por otro lado, las personas "juguetonas" despiertan la atracción positiva de los demás. Es un hecho que nos atraiga más la persona que se muestran amigable, con una amplia sonrisa y personalidad abierta, que aquella cuyo rostro refleja resentimiento, frustración o dolor. Además, las personas "juguetonas" resultan ser buenos líderes, ya que su simpatía resulta magnética mientras que se muestran menos competitivas, llevándolas al éxito como líderes profesionales, políticos o bien en el ámbito labora.

Esto no significa que deba dejar sus obligaciones por jugar, pero nos lleva a prestar atención a esta actividad, que es mucho más valiosa de lo que creíamos. Es más, cuando el trabajo es placentero, de manera que la diferencia entre juego y trabajo no es tan marcada, el beneficio es máximo.

Como desarrollar la amistad

Una buena amistad tiene tres cualidades basicas: que sea buena, fiel,y accesible.

Buena.- Un verdadero amigo te induce siempre a hacer algo bueno, que no dañe tu cuerpo, es con quien te diviertes sanamente. Por lo tanto, un amigo verdadero nos invita únicamente a realizar buenos actos o hacer cosas de las que no nos arrepentiremos, donde no se lastime a los demás.

Fiel.- Porque al amigo se le puede confiar todo, con la certeza de que su consejo será el indicado, su apoyo es incondicional; no sólo está a tu lado cuando las cosas van bien, aún cuando hemos fallado tenemos su comprencion.

Accesible.- Para que haya una verdadera amistad, necesitamos tener una buena comunicación, sentirla cerca aunque se encuentre lejos. Saber que está disponible y que si les necesitamos, se le puede ir a buscar. Si las circunstancias nos separan, nos hacemos presentes a través de una carta, una llamada, entre otros, porque una amistad es como una plantita, que debemos cuidar, regarla y estar al pendiente para que pueda florecer. Si nos olvidamos de ella y no la regamos, cuando la volvamos a ver, estará débil para volver a florecer. Si a un amigo lo vemos muy de vez en cuando, será difícil tenerle confianza como para descubrirnos ante él como somos. Con él podemos llorar, reír, cantar, divertirnos, hablar o callar. En una palabra, podemos ser nosotros mismos; posiblemente no nos apruebe ni aplauda nuestra conducta, pero nos respeta y acepta, jamás le cuenta a nadie lo que le hemos confiado. En eso se basa la confianza de que se puede hablar libre y sinceramente de todo lo que nos pasa.

No es fácil ser o encontrar amigos verdaderos; sin embargo, tener un buen amigo es el mejor tesoro que podemos tener en la vida.

martes, 7 de octubre de 2008

Amigos verdaderos

Para entablar amistades no basta con desearlas y esperarlas con paciencia, es más bien, una habilidad el buscar verdaderos amigos. La Biblia indica que las relaciones más estrechas se fundan sólidamente en la intimidad con Dios.

Pero para que él bendiga nuestros esfuerzos por encontrar buenos compañeros, es preciso que nos esforcemos. Sea joven o adulto. Hay que tomar la iniciativa, actuar con altruismo y demostrar que somos buenos amigos.

Cómo mejorar las amistades

Para tener buenas amistades, no es necesario que ahora empecemos a buscar nuevas. Si ya contamos con buenos compañeros, estrechando los lazos con ellos. Los viejos amigos son tesoros valiosísimos, y debemos tratarlos como tales, nunca dando por sentada su lealtad.

Sobre todo, hay que recordar que la verdadera felicidad —y lo mismo cabe decir de la amistad— requiere la entrega de uno mismo, de su tiempo y sus recursos. Pero las recompensas superan con creces los esfuerzos y sacrificios. No obstante, si a la hora de considerar posibles amigos solo pensamos en nosotros, fracasaremos. No debemos limitarnos, por tanto, a las personas a las que admiramos o de las que podamos sacar partido. Busquemos, más bien, a las que suelen pasarse por alto o las que tienen dificultades para conseguir amigos. “Cuando nos juntamos para hacer algo y sabemos que algún joven está solo, lo invitamos. Le decimos: ‘¡Cómo te vas a quedar en casa solo! Acompáñanos y así nos conoceremos mejor’”.

Buenas y Malas Amistades

Una joven, llamada Sara, le contó las penas a su confidente. Le explicó que se había hecho amiga de un hombre que resultó ser un asesino. Por tal razón se lamentó así: “Tenía toda mi confianza y fue capaz de cometer esa atrocidad. Ya no tengo fe en la gente”. Su oyente le preguntó si no había indagado antes sobre los principios de aquel sujeto. Ella contestó: “¿Principios?. Sara ni siquiera sabía lo que quería decir aquella palabra. (Los principios son las normas o ideas fundamentales que rigen la conducta).
La respuesta a esta pregunta pudiera significar, literalmente, vida o muerte. Un proverbio bíblico lo expresa de este modo: “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero el que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal” Sin embargo, muchos caen en el mismo error que Sara: seleccionan sus amistades basándose únicamente en que haya química, es decir, que congenien. Es cierto que nos gusta estar con quienes nos hacen sentir bien. Sin embargo, si ese es el único criterio en el que se basa nuestra selección de amigos y les damos poca o ninguna atención a sus cualidades más profundas, tal vez terminemos sufriendo un gran desengaño. ¿Cómo podemos saber si una persona tiene buenos valores morales?

Poseer elevados valores morales

Para empezar, uno mismo debe poseer principios morales, o sea, tener muy claro qué está bien y qué está mal y obrar en consecuencia en todo momento. Otro proverbio de la Biblia dice: “Con hierro, el hierro mismo se aguza. Así un hombre aguza el rostro de otro”. En efecto, si dos compañeros aportan integridad firme a una relación —una fuerza semejante al hierro—, se ayudarán mutuamente a mejorar su carácter, y al mismo tiempo disfrutarán de vínculos más estrechos. “Además de escuchar y hablar con amabilidad, el verdadero amigo te reprende si haces tonterías”. Así es, sin importar su edad, este amigo nos ayuda a proseguir por buen camino y nos corrige cuando vamos a cometer imprudencias. La Biblia lo expone de este modo: “Las heridas que hace un amigo son leales”. Por lo tanto, si queremos fortalecernos moral y espiritualmente, hemos de relacionarnos con quienes tengan amor por Dios y sus principios.
“Cuando no hay nadie con las mismas creencias y valores cristianos, se debe de valorar más lo que se ha aprendido y valorar la importancia de contar con buenos amigos.

Cómo evaluar posibles amistades

Si hemos pensado en entablar una amistad con alguien, lo primero es examinar cómo son sus amigos, pues así nos haremos una buena idea de cómo es él mismo. Además, debemos ver qué opinan de él los miembros maduros y respetables de la comunidad. Conviene también fijarse no solo en cómo se porta con uno, sino con otras personas, particularmente aquellas que no puedan aportarle ningún beneficio personal. A menos que siempre trate con honradez, integridad, paciencia y consideración a las demás personas.

Conocer la verdadera personalidad de un ser humano exige observarlo día a día con paciencia y habilidad. Dice la Biblia: “El consejo (la intención o el propósito) en el corazón del hombre es como aguas profundas, pero el hombre de discernimiento es el que lo sacará". Hay que hablar con las posibles amistades acerca de asuntos serios, pues sacará a la luz los auténticos rasgos de su carácter, sus motivos y, efectivamente, sus valores.
¿Qué tipo de personas somos? ¿Amables o frías? ¿Optimistas o pesimistas y desconfiadas? ¿Egoístas o altruistas? ¿Confiables o desleales? Si delante de uno airean las faltas de algún conocido, ¿qué impedirá que nos critiquen a nuestras espaldas? Bien dijo Jesús que “de la abundancia del corazón habla la boca”. Así que cuando se expresen, debemos estar muy pendientes.